Milady trip: Diario de Roma día 2 (I): Basílica y plaza de San Pedro

Un día muy deseado en mi viaje a Roma era el de visitar la ciudad del Vaticano. Muy temprano me desplace hasta la plaza de San Pedro, porque ya había leído sobre las colas que se forman y comprobé que estaban en lo cierto. Tuve suerte en que no llovió mientras estaba esperando en la cola para entrar en la basílica de San Pedro porque estaba nublado.

En la Plaza de San Pedro, detrás de mí la Basílica del mismo nombre

La plaza de San Pedro es una de las plazas más impresionantes del mundo. A mí, personalmente, me encantó cuando la ví por primera vez en persona. Con 320 de metros de largo y 240 de ancho puede acoger a más de 30.000 personas fue diseñada por Bernini en el siglo XVII. En lo alto de las 284 columnas se encuentran un total de 140 estatuas de santos de diferente épocas y lugares.

Destaca en la parte central su obelisco, de 25 metros de altura, traído desde Egipto. Cuenta la historia que cerca de éste fue crucificado cabeza abajo San Pedro, y debido a ello se le conoce como el "testigo mudo" de la muerte del apóstol.

Un dato curioso es que la plaza de la Concordia de París es una copia exacta de ésta, su obelisco y las dos fuentes están distribuidas de la misma forma. Una vez más copian un lugar de Roma en otro sitio, como el Panteón de Agripa (del que os hablaba en el post sobre el día 1).

La Piedad de Miguel Ángel

Después de pasar la cola y los controles de seguridad entré en la Basílica de San Pedro. Es uno de los lugares más sagrados del catolicismo y la más grande de las todas las iglesias cristianas debido a que desde el anuncio por el papa Pío XII en 1950, oficialmente se cree que debajo de ella se encuentra enterrado San Pedro.

Dicho santo fue uno de los 12 apóstoles de Jesucristo, primer obispo de Antioquía y primer obispo de Roma, por lo que se le considera como el primer pontífice. En la basílica trabajaron varios arquitectos, entre ellos, Bernini, Miguel Ángel o Rafael.

Detalle de la cúpula

En la planta principal de la basílica, se encuentran varias tumbas de pontífices, como Innocentius XI (abajo), Pío X o Juan Pablo II; y bajo esta planta, las Grutas Vaticanas una necrópolis de papas repartidos entre tres naves y varias capillas (no permiten hacer fotografías o vídeos). Es en estas grutas donde se encuentra la tumba de San Pedro.

A continuación después de la basílica me dirigí a visitar la cúpula. Hay que volver a salir a la plaza y girar hacia la izquierda (la de la foto de abajo) y volver a hacer otra cola. Fácilmente, se tarda en ver todo unas 3-4 horas dependiendo de la longitud de las colas y la rápidez con la que queráis verlo.

La cúpula fue diseñada por Miguel Ángel a mediados del siglo XVI, y a su muerte, terminada por Giacomo della Porta. Es el símbolo de la Iglesia de Roma y el “faro” que guía cada día a miles de peregrinos y visitantes al centro de la Cristiandad. Tiene 41,5 metros de diámetro interior y está inspirada en la cúpula de Brunelleschi de la catedral de Sta. María de Fiori.

Antes de subir ya avisan que está formada por 551 escalones y no recomiendan subir a las personas mayores y con problemas cardíacos. El problema no sólo es ascender por su gran escalera de caracol, si no que en algunas partes se estrecha mucho y en otras hasta las paredes están torcidas (ya la podréis ver en el video que estoy preparando). Facilitan la subida en ascensor hasta el escalón 320 si pagáis un poco más. Merece totalmente la pena, las vistas de Roma y del Vaticano en 360º son espectaculares.

Tejado de la basílica

Por cierto, os aconsejo que entréis a la plaza desde Via della Conciliazone que empieza muy cerca del castillo de Sant'Angelo. Yo entre por uno de los laterales, ¡error!.